Aparciencia
Soy de cabello largo de color blanco, piel clara, ojos color azules. Suelo hacerme mi ropa y prefiero un constante cambio de estilo. Cuando entreno o tengo alguna misión prefiero usar mi traje de batalla que consta de un andon bakana rojo anaranjado (falda-pantalón con pliegues) y un top de mangas largas con laminillas de metal sobre el pecho y brazos que uso tanto para protección como cuchillas cuando es necesario, acompañado de unas sandalias y tabis (calcetines). Suelo usar algunos pircing en el tabique de la nariz y labios. Tengo un tatuaje en la espalda en forma de 3 espirales y en el centro una rosa roja.
Personalidad
Soy muy cambiante, en un segundo puedo ser cálida y amable pero al próximo engreído y con deseos de matarte. Odio la autoridad de cualquier tipo y siempre voy contra ella, de testo que me den una orden. Aunque también puedo tener mi lado dulce y angelical.
Mi historia...
Karazu me pidió escribir sobre mi vida para los archivos de su biblioteca personal, pero te he de decir que no hay nada de mi vida que no sepas.
Lo que soy…lo sabes
Lo que seré… lo sabes
Lo que fui…bueno eso ni yo lo sé.
No puedo escribir sobre mis padres por que no se quienes fueron, no puedo escribir sobre mi infancia o mi juventud por qué no lo recuerdo, no recuerdo absolutamente nada hasta hace poco tiempo.
Lo primero que recuerdo es abrir los ojos en medio del bosque semi-desnuda con un camisón rasgado, llena de sangre y heridas por diferentes navajas estaban por todo mi cuerpo aunque por suerte pocas eran profundas (si no…bueno no estaría escribiendo ahora esto). Estaba rodeada por varios cuerpos ya sin vida algunos mutilados otros con shuriken o catanas clavadas por todas lados…parecía un verdadero campo de batalla pero no estaban luchando entre ellos (no entiendo si fui yo la causante de tantas muertes o alguien más…y espero nunca descubrirlo).
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Me sentía tan confundida, tan perdida, sentí miedo de verdad, deseaba tanto salir corriendo pero no sabía a donde y en el estado en que estaba no podría durar mucho en el bosque o eso es lo que creía, cerré los ojos intentando tranquilizarme.
Me acerque a uno de los cuerpos para tomar su túnica cuando el abrió los ojos y se encontraron con los míos, por un instante nos queramos callados mirándonos, sus ojos estaban llenos de miedo tanto miedo…intento hablar…balbuceaba…fue su último aliento de vida y lo único que salió de su boca fue un nombre…mi nombre…“Yoomiko”.
Junto con el supongo que murió toda esperanza de saber quién fui o que paso, al menos supe que mi nombre era Yoomiko (desde entonces lo llevo como mi única bandera de presentación Yoomiko sin familia, sin clan, sin pasado) y por supuesto le quite la túnica.
Camine por horas sin rumbo fijo, pensando en lo que había pasado e intentando recordar algo más, pero cualquier intento era inútil no podía recordar absolutamente nada. Llegue hasta las faldas de un volcán y pude distinguir justo alado de este a pocos metros una guarida, decidí ir en busca de ayuda.
¿Lo recuerdas Karazu? ¿Recuerdas el día que llegue? ¿No?...Lastima yo si lo recuerdo aun me causa risa recordarlo ¿Cómo es posible que no me hayas matado por hablarte así?
Cuando llegue a la puerta de la guarida toque varias veces pero nadie abrió, la empuje un poco estaba abierta…y naturalmente entre justo al frente de mi estabas tú con tu ya natural un buzo negra y cosa esa de paja cónico con tiras de tela bailoteando sobre tu cabeza ocultando tu rostro (si ya se “Kasa” pero es mi relato y puedo escribirlo como yo quiera). Nos quedamos en silencio por varios segundos viéndonos y yo solo pude decir:
Yo: “Hola…necesito ayuda”- tu guardaste silencio absoluto, me dio tanta rabia.
Yo: “Hey…no sé dónde estoy ni quien soy pero necesito ayuda tengo muchas heridas que necesitan atención o se infectaran. Además de que llevo horas caminando como loca y mis pies están matándome y a menos que quieras que me quede aquí parada todo el día me dirás donde puedo lavarme…ahora”-
Karazu: “¿Quién eres tú? y ¿Cómo es que llegaste aquí?”- lo dijiste con una voz fría y hueca que me aterro pero claro no lo iba a hacer evidente en ese instante.
Eso incremento más mi rabia en tu contra te estaba pidiendo ayuda y tú no hacías nada solo quedarte hay paradote haciendo preguntas que ya te había dado la respuesta segundos atrás.
Yo: “Ains…Yoomiko, caminando y por si no te ha quedado claro estoy aquí porque necesito ayuda, llevo horas caminando con estas heridas abiertas…”- Deje caer la túnica por mi cuerpo hasta el suelo para que vieras que no estaba jugando y en verdad necesitaba ayuda.
Karazu: “¿Cuáles heridas?”
Yo: “Si serás tonto y ciego estas he…”- cuando vi mi cuerpo estaba sin una sola herida o cicatriz, era como si nunca hubiera pasado nada, pase mis manos varias veces por mi piel buscando algo lo que fuera que indicara que había una herida hay antes, pero ya no estaban. Eso sí fue muy extraño hasta después experimentando me di cuenta que podía sanar más rápido de lo normal, (me pregunto si me cortara un brazo… ¿me crecería otro?).
Karazu: “No sé qué estás buscando o que quieras aquí pero lo que si estoy seguro es que darás media vuelta y te iras por donde viniste o te matare”
Yo: “No tengo miedo de la muerte, y tu pequeño insecto deja de amenazarme realmente estoy harta de esto…no sé quién soy, no sé de dónde vengo, no sé nada de mí que no sea hasta hace pocas horas, pero lo que si se es que no te tengo miedo pero si tengo hambre”- no sé por qué dije eso o de donde saque el valor para decirlo pero lo hice, pensé que me matarías después de ello.
Pero algo viste en mí, algo que aun ni yo entiendo, me invitaste a pasar, me enseñaste una alcoba donde podía asearme y me diste un poco de ropa. Cuando termine me invitaste a comer mientras hablábamos más tranquilos, me dijiste que era esa guarida, que hacían hay y por supuesto quien eras me dio tanta risa después de haberte hablado pero no podía reírme delante de ti. En ese momento tome una decisión que me dio un nuevo rumbo (era esto o caminar por más horas hasta una aldea y enserio tenía mucho flojera).
Yo: “Karazu…tome la decisión de quedarme aquí, contigo y los tuyos. No recuerdo quien soy, pero ahora se quien quiero ser, muéstrame una habitación y mañana al amanecer comenzaremos mi entrenamiento” – y sonreí por primera vez…bueno desde ese día todo lo que hacía lo hacía por primera vez, creo que es lógico porque no recordaba haberlo hecho antes nunca.
Karazu: “Si eso es lo que quieres…serás bienvenida como uno de nosotros, pero tu ¿Qué nos ofreces?”
Yo: “Nada, no tengo nada que ofrecer”
Desde entonces estoy aquí con los tuyos, de hecho me han enseñado muchas cosas jutsus, genjutsus y taijutsus, sabes es genial conocer de todas las aldeas diferentes cosas, es un engima que quiero responder. De hecho dicen que aprendo muy rápido y tengo un excelente manejo de mi chakra deberías darme una medalla o algo así.
Esto es toda mi historia… ¿o no? …